Y si me contaran sobre Galerías Lafayette…
La extraordinaria historia de Galerías Lafayette comenzó en el siglo XIX. Audacia y modernidad marcaron el recorrido de la más reciente de las grandes tiendas. Aquí te contamos su historia.
Comienzos promisorios
En 1893, dos primos alsacianos, Théophile Bader y Alphonse Kahn, decidieron abrir una tienda de novedades en una pequeña mercería de 70 m2, en la esquina de la calle La Fayette y la Calzada d’Antin.
Del lugar en que se encontraba y la forma de la tienda, donde se circulaba a lo largo de las secciones, nació el nombre ”Galeries Lafayette”. Si bien la iniciativa fue audaz, la ubicación era ideal: la tienda presentaba la ventaja de encontrarse cerca de la Ópera y los grandes bulevares. De la vecina estación de Saint-Lazare, llegaba cada día una multitud de gente de París y de las provincias, atraída por los comercios.
En 1896, la empresa compró la totalidad del edificio del número 1 de la calle La Fayette y luego, en 1903, los edificios de los números 38, 40 y 42 del bulevar Haussmann, además del número 15 de la Calzada d’Antin. Los primeros años de la empresa estuvieron marcados por esta “estrategia de la piedra sobre otra”, que terminó en la constitución de un importante perímetro inmobiliario, unificado por una arquitectura adaptada a las necesidades del comercio.
Théophile Bader confió las primeras remodelaciones de envergadura del bulevar Haussmann, terminadas en 1907, al arquitecto Georges Chedanne. Pero fue en 1912 bajo el impulso de su discípulo Ferdinand Chanut que el establecimiento adquirió realmente una nueva dimensión.
“Un bazar de lujo”
Al inaugurarse en octubre 1912, la nave principal de la tienda de Galerías Lafayette adquiría su aspecto más espectacular. Théophile Bader soñaba con un ”bazar de lujo” en el que la abundancia y el esplendor de las mercaderías enloquecieran a las clientas. Una luz dorada, difuminada desde la cúpula, inundaría el gran hall y haría brillar la mercancía. Y ganó la apuesta.
Ferdinand Chanut recurrió a artistas consagrados de la Escuela de Nancy para la decoración de este monumento de tipo Art Nouveau de París. El barandal de la monumental escalera, inspirado de la Ópera de París, lleva la firma de Louis Majorelle, a quien también se deben las obras de hierro forjado de los balcones. La cúpula, que culmina a 43 metros de altura, se convirtió en el símbolo de las Galerías Lafayette. El maestro vidriero Jacques Gruber diseñó los vitrales con un estilo neo bizantino.
El espacio de venta se duplicó, ¡pero la innovación no se detuvo ahí! A las 96 secciones existentes se fueron sumando espacios que no eran de venta: un salón de té, una sala de lectura y un sector para fumadores. El shopping, bajo el impulso de las grandes tiendas, se transformó en una actividad de entretenimiento. En la cima del edificio, la terraza ofrece una vista panorámica de París. Se organizaron eventos excepcionales pata divertir a una clientela ávida de hazañas, como el célebre aterrizaje de Jules Védrines en 1919. El aviador tuvo que pagar una multa por haber sobrevolado París a baja altura, pero ganó para la posteridad el título de primer transgresor en la historia de la aviación.
Las vitrinas cumplían un gran papel en la puesta en escena del espacio de venta: despertaban todos los deseos. Una vocación que no se desmintió más tarde…
Las grandes tiendas de Haussmann eran el segundo monumento más visitado, después de la Torre Eiffel. Era una escala especial de los «grandes» del mundo. Allí se vio desfilar a la Duquesa de Windsor, a la esposa del Aga Khan, la Bégum, y en marzo de 1960, en plena guerra fría, a la señora Kruschev . Se dice que al ver las escaleras mecánicas ella exclamó: “¡Es como el metro de Moscú!” Más recientemente, el establecimiento recibió a Bill Clinton y al Príncipe Carlos, quien vino para inaugurar la exposición Londres.
“Los mejores precios de todo París”
Desde un comienzo, Galerías Lafayette afirmó sus aspiraciones: la moda y la novedad. Para diferenciarse de la competencia, Théophile Bader decidió poner al alcance de todos los bolsillos la indumentaria más vista del momento. Fue así que creó o adquirió unidades de producción que fabricaban en forma exclusiva para Galerías Lafayette prendas para ser vendidas como de marca propia.
Sabía también que la moda, los gustos y los deseos de sus clientes cambiaban rápido. Para mantenerse permanentemente al día, el director de las Galerías implementó un método ingenioso. Asistía a las carreras y a la Ópera, acompañado por una diseñadora que copiaba discretamente las prendas de las mujeres “elegantes”, con las marcas de los diseñadores más famosos. Luego se confeccionaban lo más pronto posible.
La democratización de la moda estaba en marcha y era el momento del éxito. Muy pronto, todo el mundo se lanzó a Galerías Lafayette, desde las grandes burguesas a las obreras de la costura, las vendedoras parisinas de ropa, que eran jovencitas que se conformaban con un tentempié a mediodía. En la fachada de la calle La Fayette se levantaba, inmenso, un cartel que decía: “Galerías Lafayette, la tienda con los mejores precios de todo París».
Crecimiento y diversificación
El establecimiento diversificaba constantemente su oferta: a las secciones tradicionales se sumaron la confección para hombre, el mobiliario, los juguetes y las artes de la mesa.
Fiel a su misión de hacer accesible la creación, Galerías Lafayette extendió a las artes aplicadas y al diseño el compromiso que les era propio en el campo de la moda. En 1922, el gran establecimiento abrió los talleres de artes aplicadas ”La Maîtrise” confiados al decorador Maurice Dufrêne , quien se transformó en su director artístico. La aspiración de estos talleres consistía en producir “obras” (muebles, telas, tapices, papeles tapiz, cerámicas etc.) “al alcance tanto de los pequeños como de los grandes”. Los decoradores y hermanos gemelos Jean y Jacques Adnet se encontraban entre los primeros colaboradores.
A pesar de la crisis económica y financiera de 1929, Galerías Lafayette emprendió nuevas ampliaciones en el bulevar Haussmann. En 1932, la nave principal del almacén, estudiado por el arquitecto de los transatlánticos, Pierre Patout, se volcó a la moda Art Déco, con miradores de René Lalique.
De 1941 a 1944, Galerías Lafayette se volvió aria: la familia fundadora fue marginada durante la Ocupación y la empresa quedó bajo la administración de Vichy hasta la Liberación. Después de los años negros de la Segunda Guerra Mundial, comenzó a vislumbrarse la recuperación económica de la empresa.
Nuevo business model
Para superar los desafíos de la posguerra, Galerías Lafayette se renovó completamente. La modernización del prestigioso almacén comenzó por la inauguración de la escalera mecánica más alta de Europa en la Navidad de 1951. Poco después, se eliminaron los halls interiores y, de 1957 a 1959, se agregaron dos pisos al edificio.
La modernización arquitectónica estuvo acompañada de un cambio de la oferta, notablemente gracias a la creación en 1952 de una oficina de estilo y un puesto de Fashion Director, además del aprovisionamiento en el exterior y de nuevas operaciones promocionales. Este nuevo eje de desarrollo se tradujo en la organización de grandes exposiciones extranjeras. La primera, en mayo de 1953, se dedicó a “La Flor de la producción italiana”. Y le siguieron muchas más: “Los EEUU” en 1961, “África” en 1972, “La URSS” en 1974 y también “Rostros de la India” en 1995.
La democratización permaneció en el corazón de la misión de la empresa, que en 1954 concibió el “Festival de la creación francesa”. Un Óscar premió al “artículo de buen gusto a buen precio, contra lo feo más barato”.
Se crearon nuevas complicidades con la clientela, como los artículos que no pasan de moda “3J”. El sábado 4 de octubre de 1958 tuvo lugar “Una Jornada diferente”. Fue un éxito total, y desde el 1ero. de octubre de 1959 la operación se convirtió en “3J”.
A comienzos de los años sesenta, jóvenes estilistas lanzaron el prêt-à-porter, entre alta costura y confección tradicional. Galerías Lafayette revelaba en cada temporada dichos jóvenes talentos, poniendo a su disposición pequeños puntos de venta o corners en el establecimiento. La primera creadora que fue reconocida fue Laura, la futura Sonia Rykiel, en 1962. Luego llegaría el turno de Daniel Hechter, Pierre Cardin, Cacharel, Yves Saint-Laurent y Dorothée Bis.
Lafayette 1, 2, 3
Del otro lado de la calle de Mogador , un nuevo establecimiento vio el día en 1969, que en un comienzo estaba reservado a la juventud, “el club 20 años”. Este espacio reunía por primera vez a varias familias de productos (ropa, farmacia, música) que respondían a un estilo de vida. Luego, Lafayette 2 fue ocupado por la moda masculina, a la cual se sumó Lafayette Gourmet en 1990. Galerías Lafayette se transformó así en el primer ”centro comercial urbano” que reunía tiendas, servicios, estacionamiento y acceso directo al metro.
En 1974, con el desmontaje de la escalera de honor se cerró una página, y diez años más tarde, la planta baja central fue acondicionada para albergar tiendas de prestigio.
En 1980, Galerías Lafayette creó el ”Festival de la Moda”. Hasta 1999, los ”Óscares del Festival” seleccionaban los mejores modelos de creadores realizados para Galerías Lafayette que invitaban a directores artísticos de gran prestigio a poner en escena sus creaciones. Las personalidades se fueron sucediendo: Karl Lagarfeld, Robert Wilson, Jérôme Savary, Marie-Claude Pietragalla, David LaChapelle, etc. En 1984, con la exposición ”Francia tiene talento” se celebró la apertura del piso de los creadores, mismo que recibió especialmente a Azzedine Alaïa, Jean-Paul Gaultier, Thierry Mugler y Jean-Charles de Castelbajac.
En 2001, la marca evolucionó y contrató los servicios de Jean-Paul Goude para la comunicación. Su primera campaña publicitaria, “Las aventuras de Laetitia Casta en el país de Galerías Lafayette”, fue el comienzo de una larga y fructífera colaboración. El fotógrafo insuflaría un nuevo espíritu con campañas iconoclastas que encarnaban los valores de Galerías Lafayette.
En 2004, el establecimiento Marks and Spencer del bulevar Haussmann se convirtió en Lafayette Hogar luego de que la marca comprara todos los puntos de venta franceses de la firma en 2001. A partir de entonces, Galerías Lafayette mostró sus tres facetas a lo largo del bulevar Haussmann.
Al servicio de la creación
Galerías Lafayette ha mantenido un fuerte vínculo histórico con el universo de la moda y de la creación contemporánea. La gran tienda Haussmann ha sido el escenario de eventos de prestigio, presentando a creadores de renombre de la época o revelando al público a artistas que luego se convertirían en referencias de su tiempo.
En 2001, el grupo Galerías Lafayette decidió hacer perdurable su lazo con la creación contemporánea, inaugurando la Galería de las Galerías, un espacio de libre acceso en el primer piso del establecimiento, que destaca la transversalidad entre el arte, la moda y el diseño.
Conscientes del valor agregado que representa la creación, pero también de su papel en la democratización de lo bello, Galerías Lafayette ha dado continuidad a este compromiso con sus numerosas iniciativas de mecenazgo. La empresa apoya a instituciones comprometidas con los artistas de hoy, como el Centro Pompidou, el Museo de Arte Moderno o la Villa Noailles en Hyères.
Memoria de la empresa e investigación
Galerías Lafayette es una empresa familiar desde hace cinco generaciones. Ha atravesado las épocas, las guerras y las crisis financieras, probando su capacidad de innovación.
La dirección del Grupo ha tomado la iniciativa de crear el departamento de Patrimonio en 2008, para mantener vivas sus raíces, alimentar la reflexión sobre la identidad del grupo y profundizar el vínculo entre su organización, presente y futura, y su historia.
La misión principal del departamento consiste en preservar, conservar y valorizar el patrimonio arquitectónico del Grupo y sus archivos históricos, abiertos a la consulta, con previa cita. Realizan un seguimiento de la historia del Grupo, en su complejidad y su singularidad.
Visitas guiadas, informaciones prácticas
Puedes descubrir más de cien años de historia gracias a nuestras visitas guiadas en el corazón de Galerías Lafayette Haussmann. Las visitas son gratuitas, duran 45 minutos y se organizan bajo solicitud para grupos de 10 a 20 personas.
Para reservar, no dudes en escribirnos a la siguiente dirección de correo electrónico: [email protected] indicando nombre y apellido, dirección y número de personas interesadas en la visita.
El personal de Patrimonio te propondrá una fecha en función de la disponibilidad y del número de personas inscritas.